jueves, 11 de septiembre de 2014

¿Que es la belleza?

¿Quién define la belleza?. La sociedad, la familia, los medios de comunicación, los hombres o las mujeres.
Vivimos una época en la que la belleza trasciende todos los círculos. Desde la infancia hasta la edad adulta, tanto mujeres como hombres, se ven bombardeados por mensajes e imágenes en el que se resalta esta cualidad que se puede apreciar en las cosas, en la naturaleza, los animales y en todos los seres humanos.
Inicio este artículo, con tres definiciones de belleza: Según el Diccionario de la Lengua Española la belleza es definida como una “Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas”.
Wikipedia, enciclopedia libre de internet, la define como: (…) la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial (percepción) procura una sensación de placer oun sentimiento de satisfacción. En este sentido, la belleza proviene de manifestaciones tales como la forma, el aspecto viasual, el movimiento y el sonido, aunque también se la asocia, en menor medida, a los sabores y olores.
Y finalmente Tomas de Aquino, teólogo y filosofo de la iglesia Católica, la define como aquello que agrada a la vista (quae visa placet).
Estas tres definiciones, entre muchas de las que pueden existir en el mundo y en cada una de las mujeres y los hombres, nos muestran lo diferente y subjetiva que puede ser la belleza para cada persona.
¿Pero que tiene que ver esto con la mujer?
Muy sencillo; Cada vez es más preocupante ver hasta dónde llegan las mujeres para alcanzar su ideal de belleza, para atraer al sexo opuesto o simplemente para estar a la altura de los estándares de belleza que impone la sociedad actual.
Desde la infancia, las niñas, son envueltas con un manto de belleza que distorsiona su realidad y su percepción  de la misma.
Algunos ejemplos para ilustrar esta afirmación podrían ser: las muñecas Barbie, las princesas (Cenicienta, Blanca Nieves, la Bella Durmiente, Rapunzel, la Sirenita, entre otras), los muñecos como Dora o los Little People, las muñecas como Polly o American Girl entre otros.
Estos ejemplos entre muchos otros, han generado que desde temprana edad, las niñas, quieran parecerse a estos personajes de ficción.
En muchos países del mundo se celebran certámenes en los que se busca escoger o elegir la niña más linda del planeta. Lo que genera que estas personitas, que apenas están moldeando su carácter y personalidad, se olviden de su edad y se vuelvan mujeres donde los peinados, el maquillaje y los vestidos, son más importantes que las rondas, los juegos, las amigas y hasta los dulces.
Vemos como jovencitas, que aún no han cumplido con su ciclo de desarrollo, quieren tener un busto más grande, labios sensuales y cabello de comercial de shampoo. Todo bajo la complacencia de sus padres y más específicamente de algunas madres.
Todos hemos visto como mujeres, bonitas, que en su búsqueda por alcanzar los estándares de belleza y buscar ser aceptadas en la sociedad, se someten a peligrosas cirugías con “médicos” poco calificados, que las deforman, ponen en peligro su salud o pierden la vida en una sala de cirugía.
Cada mujer y cada hombre son el fruto de la genética de los padres. Todos venimos a este mundo con unas características determinadas por los genes: algunos y algunas serán más “bonitas” o menos bonitas, algunas serán altas, rubias, ojos claros, cintura de sirena, con medidas 90 – 60 – 90, piel canela y una personalidad arrolladora, otras serán bajitas, gorditas, de ojos rasgados y negros, sin que esto quiera decir de que sean feas o menos agraciadas.
La belleza está presente en todo ser humano. Puede estar en el exterior o en el interior de cada persona: mujer u hombre. Es tan subjetiva que lo que para usted puede ser bello o hermoso, en otra cultura, país, raza o sociedad, puede no serlo.
Una “clase” de belleza se puede comprar con un bisturí, con un traje, con un buen maquillaje de marca, pero la belleza interior de cada hombre y de cada mujer, sale a flote cuando cada uno de ellos se acepta como es y se muestra al mundo con todas sus virtudes, cualidades, debilidades y defectos.
Finalmente la belleza no la determinan los medios de comunicación, las modelos de las grandes pasarelas o las estrellas de Hollywood. La belleza del ser humano la encontramos en la sonrisa de un niño, en los ojos de una madre, y en las canas o las arrugas de una abuela.
En resumen todas las mujeres y todos los hombres, son bellas y bellos, solo que algunos y algunas aún no lo saben, pues la belleza puede estar en el interior de cada persona y no en un cara o una silueta armoniosa y perfecta.

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